Iglesias a sus alumnos: «La ventaja de China es que no tiene elecciones, así puede planificar»
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Pablo Iglesias ensalza el controvertido régimen chino ante sus alumnos de la Universidad Complutense. Así lo ha podido comprobar OKDIARIO, que ha presenciado el regreso del ex líder de Podemos a las aulas tras suspender dos concursos de méritos para dar clase en Periodismo y Políticas. En la presentación de la asignatura Gobernanza Global para alumnos de Relaciones Internacionales, el político no se ha cortado a la hora de alabar el sistema implantado por el comunismo chino.
«Hay una cosa que es ciertamente una ventaja de China y es que no hay elecciones. Entonces, aunque puede haber luchas internas en el Partido Comunista Chino, es un país que puede hacer planificaciones de 30, 40 ó 50 años», relata el que fuera dirigente morado, que fue derrotado por Isabel Díaz Ayuso en las últimas elecciones madrileñas. En una clara muestra de desprecio de la democracia, Iglesias defiende «una economía planificada».
«Vamos a estudiar también China, con un libro que es fascinante, Adam Smith en Pekín, en el que Giovanni Arrighi dice básicamente que las teorías de Adam Smith se habrían desarrollado más en China que en cualquier otro país. Hace una explicación y hasta una reivindicación del capitalismo de Estado, de una economía planificada. China emerge como una superpotencia capitalista», relata Iglesias.
El hecho de que los dirigentes chinos no tengan que rendir cuentas ante la ciudadanía en las urnas, para Iglesias, es «una notable ventaja frente a estados en el que los partidos tienen que competir electoralmente, en el terreno de los medios de comunicación» porque «así la planificación es más difícil».
Los futuros expertos en Relaciones Internacionales escuchan con atención del particular maestro una visión contaminada por una ideología de izquierda radical.
Iglesias también lleva a las aulas su visión de que la OTAN «es un sistema de defensa subordinado en los Estados Unidos, no una institución genuinamente europea, sino dominada por los EEUU». Recuperando el mantra de la izquierda española del OTAN no, bases fuera, Iglesias lanza sus puyas a la Alianza Atlántica. «Hace no tanto, Macron llegó a decir que la OTAN era una especie de zombi. Ahora sería muy difícil de decir», comenta en relación con la invasión de Vladímir Putin a Ucrania. Cabe recordar que Iglesias viene defendiendo que esta agresión directa al país de Volodímir Zelenski está justificado por «provocaciones» de la OTAN desplegando sus medios militares cerca de la frontera rusa.
En este sentido, Iglesias se lanza contra el socialista español Josep Borrell, ex ministro de Asuntos Exteriores con Pedro Sánchez y ahora alto representante de la Unión Europea. «En esta asignatura desmitificaremos una cosa que sigue diciendo mucho Borrell, «el jardín de la Unión Europea», que vendría a ser ese paraíso terrenal donde se respetan los derechos, las ciudades gozan de cierta prosperidad y la UE sería como el actor internacional de las cosas buenas y las cosas bonitas: los derechos sociales, los derechos humanos, los derechos de las mujeres, los derechos LGTBI. Esto,¿es verdad o no? Tenemos una ultraderecha en Europa que está poniendo en cuestión algunos de los elementos fundacionales de la Unión en términos políticos, como el consenso que empezó con la constitución italiana de 1948″.
«Como dijo un ministro belga, la UE es un gigante económico, un enano político y un gusano militar. Además, el crecimiento europeo hacia el Este reforzó los intereses norteamericanos y debilitó ese eje francoalemán», agrega el ex vicepresidente con tintes antieuropeístas.
Guerra Fría
También indica sobre la geopolítica y la historia: «El fin de la Guerra Fría es una catástrofe para los estudiosos de las relaciones internacionales. El optimismo tras la caída del muro de Berlín fue una visión ingenua». Ahora, según cree, es más difícil establecer quiénes son los buenos y los malos. «Antes había dos bloques ideológicos. Y, además, a pesar de todos los matices que pudiéramos introducir, nos permitían orientarnos políticamente en todo el mundo. Analizabas el sistema político de un país y decían, «bueno, ¿a qué partido apoyan los soviéticos en este país o a qué partido acusamos de estar apoyado por los soviéticos?, o ¿qué partido está alineado con la embajada americana y con los intereses estadounidenses?». Eso nos permitía hacer un mapa ideológico político y geoestratégico que nos permitía comprender el mundo dentro de la Guerra Fría».
«Esa estructura de pensamiento de las relaciones internacionales nunca se ha superado y, de alguna manera, la dinámica geopolítica que estamos viviendo con las guerras y con todo esto está restaurando las visiones geopolíticas y de las relaciones internacionales propias de la Guerra Fría. ¿Por qué? Porque la realidad es suficientemente contundente», concluye.